Por fin se fue la blanca, la radiante fiesta, la que llaman Navidad, se marcho con los reyes con sus camello vacio de ilusiones, se fueron lento dejando en cada hogar una esperanza, la que el año que vienes será mejor que este, la de mi niña que dejo sus regalos por jugar con un globo. Por fin se termino el derroche, las felicitaciones, el disfraz con turrones y vuelve el cinturón apretado, para llorar en una cuesta que nunca prevemos. Se acabo la magia y vuelve la realidad. Me quedo con la sonrisa nerviosa de la mañana del seis, la tierna mirada de la infancia, que me recuerda que yo también no podía dormir aquellas noches. Me quedo con las palabras de una amiga, de una carta y del Beso en los labios después de doce uvas, al recibir el nuevo año.
Porque a pesar todo se fue la Navidad
loca y payasa
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